Lied en Creta
Álvaro Mutis
A cien ventanas me asomo,
el aire en silencio rueda por los campos. En cien caminos tu nombre, la noche sale a encontrarlo, estatua ciega. Y, sin embargo, desde el callado polvo de Micenas, ya tu rostro y un cierto orden de la piel llegaban para habitar la grave materia de mis sueños. Sólo allí respondes, cada noche. Y tu recuerdo en la vigilia y, en la vigilia, tu ausencia, destilan un vago alcohol que recorre el pausado naufragio de los años. A cien ventanas me asomo, el aire en silencio rueda. En los campos, un acre polvo micenio anuncia una noche ciega y en ella la sal de tu piel y tu rostro de antigua moneda. A esa certeza me atengo. Dicha cierta. |